Nancy DeMoss Wolgemuth
En los últimos años, el mundo ha enfrentado crisis tras crisis: terrorismo, armas de destrucción masiva, terremotos y tsunamis. Estos eventos desoladores pueden ser abrumadores, y nos recuerdan el Salmo 46, que describe aguas que «braman y se agitan». Habla de naciones que braman y reinos que se tambalean. ¿Nos parecen familiares estas escenas?
Las primeras dos palabras de este salmo nos ofrecen una perspectiva fundamental: «Dios es». Este es el punto de partida. Nos recuerda que Él es «nuestro pronto auxilio en las tribulaciones».
El salmo no promete que no habrá problemas, pero sí nos asegura ayuda. El salmista concluye con «por lo tanto, no temeremos». No se trata de que no seremos tentados a temer, sino de no dejar que el temor controle nuestras vidas.
¿Qué crisis te preocupa? Ya sea que ocurra al otro lado del mundo o en tu hogar, recuerda: Dios es nuestro refugio. No tienes por qué temer.
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Este artículo procede del Ministerio Aviva Nuestros Corazones ® www.avivanuestroscorazones.com