Por Rick Warren
“No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos”. — Gálatas 6:9 (NVI)
Dios es Omnisciente. Esto significa que Él lo sabe todo, incluyendo cada detalle de tu vida. Conoce tus fallas y errores, tus sentimientos y frustraciones, y también tu futuro.
Dios está al tanto de tus miedos y de lo que te preocupa. Por ejemplo, muchos de nosotros enfrentamos incertidumbre económica, lo que puede generar temores financieros. En esos momentos, solemos actuar como si Dios no viera nuestras necesidades. “¿No lo ves, Dios? ¡Me estoy hundiendo! ¡No puedo más!”. Luchamos por llegar a fin de mes, sentimos tensión y nos angustiamos. Pero la preocupación es, en realidad, el resultado de no comprender completamente la omnisciencia de Dios.
La verdad es que Dios ya está al tanto de todas tus necesidades. La oración no se trata de informarle lo que sucede, porque Él ya lo sabe todo. La Biblia dice: “Su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan” (Mateo 6:8, NVI). Dios conoce cada necesidad que tienes, ya sea financiera, espiritual, física, emocional o social.
Dios también ve tu fidelidad. Cada acción correcta, cada vez que resistes la tentación o te mantienes firme en la verdad, Él lo nota. La Biblia dice que cada buena acción será recompensada, sin importar lo pequeña que sea y sin importar si alguien más lo ve. Cada vez que animas a alguien, ayudas en la iglesia o eliges no participar en chismes, Dios lo ve todo, por insignificante que parezca (Mateo 10:40-42).
Puede que pienses: “He estado tratando de hacer lo correcto en mi matrimonio, pero no veo resultados”. “Intento ser un buen padre o hijo, pero no noto cambios”. “He tratado de hacer lo correcto en mi trabajo, pero parece que no hace ninguna diferencia”. Dios te dice: “Yo lo veo, y no importa si nadie más lo nota”. Todo lo bueno que haces nunca es en vano: “No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos” (Gálatas 6:9, NVI).
¡No te desanimes! Sigue haciendo lo bueno y confía en que Dios siempre proveerá.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Dónde puedes encontrar ánimo cuando te sientes desalentado en tus relaciones o ministerio?
- ¿Los demás dirían que confías en Dios como tu proveedor? ¿Qué evidencia verían en tu vida?
- ¿Cómo ha transformado tu vida la oración?
Oración para hoy:
“Señor Dios, no quiero vivir otro día sin Ti. Toma control de mi vida y de cada rincón de mi corazón. Reconozco humildemente que necesito tu ayuda. Te pido que renueves mi mente y me enseñes a pensar como Tú quieres. Llena mi vida de amor y de Tu presencia. Ayúdame a ser parte de una comunidad donde pueda dar y recibir ayuda. Quiero honrar a los demás y entregarte mis preocupaciones, sabiendo que Tú cuidarás de mis necesidades. Renueva mi gozo, paciencia y constancia en la oración. Hoy te entrego mi vida por completo, Señor. En el nombre de Jesús, amén.”